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¿Le tenés miedo al conflicto?

Dec 20, 2021

 Quizás creciste en un hogar donde había violencia, o tensión constante, o se sentía aterrador no saber cómo iban a reaccionar tus padres.

Quizás nunca se hablaba de esa tensión que se respiraba en el ambiente y te generaba ansiedad.

Lo último que quieren hacer las personas que vivieron estas situaciones es enfrentar conflictos y discusiones.

PERO… es imposible tener una relación sana con los demás sin entrar en conflicto. Quizás sería mucho más útil dejar de evitar los conflictos y, en cambio, aprender a hacerlo de una manera más emocionalmente segura.

Para muchos que evitan los conflictos, la sola idea de tenerlos les resulta avergonzarte.

Para muchos el conflicto se asocia a las personas que están enojadas, que están fuera de control, o son “demasiado emocionales”.

Los conflictos se definen por dos o más personas que tienen ideas diferentes y que necesitan tomar una decisión juntas o resolver algún tipo de problema. Y estos no requieren una escalada emocional.

Con esto quiero decir que el conflicto no puede manejarse puramente desde lo racional, los sentimientos tienen que aparecer cuando los asuntos que se ponen en la mesa son importantes.

La clave es hablar desde los sentimientos en vez de eludirlos con razones y detalles que apoyen tu argumento.

Necesitamos lograr un equilibro entre la cabeza y el corazón.

Entender la diferencia entre crítica y denuncia.

Las denuncias están dirigidas a un comportamiento específico y son parte de todas las relaciones saludables. Y traen como consecuencias cambiar la base de algún problema.

Las críticas son un ataque a la persona, no al comportamiento. Seguro te sorprenderás cómo nos hablamos cuando criticamos, decimos cosas como: "SOS un desastre". Y no algo apuntado a su comportamiento como seria decir: “Cuando dejás toda la ropa tirada se siente que no valorás el esfuerzo que pongo en tener la casa ordenada.

 A veces nuestras parejas cuando evitan los conflictos, malinterpretan las denuncias y las toman como críticas. Esto se debe a que están muy preocupadas por la forma en que su pareja lo ve y la forma en que ellos se ven a sí mismos. Esto puede hacer que se pongan a la defensiva, contra ataquen o ignoren como forma de evitar el conflicto que es necesario resolver.

Una de las cosas que podemos hacer, si somos los que evitamos el conflicto, es decirle a nuestra pareja el miedo que estamos sintiendo en ese momento, por ejemplo: “Temo que si empezamos a hablar nos vamos a pelear, pero estoy dispuesto a intentarlo”. Esto es un gran avance para las personas que les cuesta hablar de los problemas desde un plano emocional.

Otra de las técnicas que podemos aplicar es entender cómo salir de patrones negativos cuando nos comunicamos, y en los que nos mantenemos estancados. Entender que el enemigo es ese patrón negativo, y no tu compañero. Por ejemplo, con mi pareja las formas en las que veo que nos estancamos es cuando él mantiene una comunicación neutra y no dice lo que realmente piensa, esto activa en mí: culpa y malas interpretaciones. Otra de las formas es cuando yo critico algo que quiero que cambie, el se pone a la defensiva y los dos escalamos nuestra rigidez.

Ponerse de acuerdo en no ponerse a la defensiva o castigar al otro con el silencio o ignorarlo, que puede resultar muy hiriente y es una actitud pasivo agresiva y bastante abrumadora.

Tratá de hablar desde tus sentimientos. Es súper válido decirle al otro: estoy enojado, me siento herido, estoy demasiado cansado para seguir discutiendo, necesito esperar a calmarme... Esto no es evitar el conflicto sino reconocer tus sentimientos y retomar el problema cuando los dos se hayan calmado.

No dudes en buscar terapia o leer sobre el tema para comprender mejor por qué buscás evitar conflictos. Te va a ayudar a expresar tu ensencia y ser más auténtico con tu pareja y, desde ahí también, podés crear una relación más íntima con el otro.

¡Espero les sirva!

Flor.

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